miércoles, 20 de mayo de 2015

Ensayo, DERECHOS HUMANOS: Una mirada crítica a la realidad en Colombia



 MAYO 20 DE 2015


POR

Deicy Sánchez Hernández
Lida Yazmín Palacio López

“Algunos valores deben ser universales como los derechos humanos y la igual dignidad de cada ser humano”.
                (Bjorn Ulvaeus)




En la actualidad Colombia se destaca por ser un país que le apuesta a firmar la paz con los actores armados, dejando atrás una guerra que se ha visto reflejada en la sociedad civil, causando estragos físicos, sicológicos, económicos, sociales y políticos.
Es así como surgen algunos interrogantes con los cuales se puede cuestionar la aplicabilidad de los Derechos Humanos hoy en Colombia, por ejemplo, ¿Cómo construir la paz en un Estado de derecho en donde los grupo armados ilegales han ocupado y controlado gran parte de territorio vulnerando con su accionar las garantías de la sociedad? ¿Dónde está el respeto hacia los Derechos Humanos que consagra la Constitución Política de Colombia?
Partiendo de estos interrogantes elaboramos este ensayo en el cual pretendemos abordar el tema de los Derechos Humanos bajo una mirada crítica a su aplicabilidad y vulneración en Colombia, deteniéndonos un poco a analizar de qué manera se cumplen o no en la región antioqueña.



 
UNA MIRADA CRÍTICA A LA REALIDAD EN COLOMBIA

 
Los derechos humanos son demandas, sustentadas en la dignidad humana, reconocidas por la comunidad internacional, que han logrado o aspiran lograr la protección del ordenamiento jurídico. Son universales, incondicionados, imprescriptibles e inviolables en su núcleo esencial.

En otras palabras podríamos sintetizar diciendo que los derechos humanos son libertades y facultades que tiene todo ser humano para hacerse valer y respetar ante una sociedad y que además, la existencia de estos proviene de la injusticia provocada por los actos de barbarie por el hombre, además de hechos racistas y diferencias étnicas que resultan degradantes en la sociedad actual.

Los Derechos Humanos son aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna. Son independientes de factores particulares como el estatus, sexo, etnia o nacionalidad.

La declaración internacional de los derechos fue hecha el 10 de diciembre de 1948, en la Asamblea General de las Naciones Unidas para que fuera distribuida y enseñada a través de los estamentos educativos en todos los países a fin de crear conciencia sobre la importancia de  un estatuto de protección a la humanidad.

El problema con los derechos humanos en nuestra patria no reside en la existencia o en la no contemplación de los mismos sino en que desde un principio, en ningún momento se ha hecho algo verdaderamente significativo para que tengan validez; es decir, a pesar de que están contemplados y de que efectivamente las instituciones parecen estar diseñadas para que se atiendan, ni los ciudadanos ni el Estado han comprendido e interiorizado la importancia y la naturalidad de estos derechos.

Si bien es cierto la problemática de vulneración a los Derechos Humanos fundamentales se vive en todo el territorio colombiano, teniendo diferentes grados de afectación en algunas regiones.

En este caso, se abordará la problemática que afronta el departamento de Antioquia en el sentido de cumplimiento y garantías para los D.D.H.H y así mismo, la vulneración indiscriminada que sufre la población a causa de diversos factores: políticos, económicos, sociales, civiles, etc. 

En buena medida es necesario reflexionar sobre la realidad en Colombia ya que, ajeno al Estado o no, existen ejércitos irregulares que según dicen, tienen de costumbre vulnerar derechos humanos; cuando los índices de corrupción son altísimos y hay altos grados de impunidad, cuando se descubre que no solo son los grupos al margen de la ley los que violan D.D.H.H sino que también son las fuerzas regulares las que lo hacen (falsos positivos, masacres a indígenas, desapariciones forzadas), cuando hay censura hacia los medios informativos y periodísticos y cuando cada día que pasa se observa que hay pocas garantías para que se cumpla lo que establece la ley en materia de Derechos Humanos.

La región antioqueña ha sido un escenario que ilustra bien la realidad que vive el país en materia de Derechos Humanos y para comenzar a desglosar cuáles de éstos han sido, y son los más vulnerados es necesario dar paso al art. 22 de la Constitución Política de Colombia, Pág. 6. “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”, siendo este derecho fundamental y a su vez un deber de todo ciudadano, sin duda uno de los más vulnerados en Antioquia y a nivel nacional.

Lo expuesto anteriormente nos lleva a pensar en las repercusiones que tiene la vulneración de este derecho en nuestra patria, ya que de allí se desprenden otras vulneraciones, atropellos y delitos que empañan el derecho fundamental de todo ser humano: la vida.

La Constitución Política de Colombia consagra en el artículo 1. Pág. 5 “El derecho a la vida es inviolable”, pero cada vez más hay derramamiento de sangre en el territorio antioqueño, y es que, donde no hay paz, la guerra hace sus estragos, esos, a los que conocemos como: masacres, torturas, desapariciones forzadas, falsos positivos, entre otros.

Cuando se miran los noticieros de la televisión, se escuchan a través de la radio o se recibe la información a través de la prensa escrita o el internet, tenemos que admitir con nostalgia y vergüenza patria que estamos lejos del respeto a los derechos humanos en nuestro país. Con cuanta frecuencia escuchamos que se viola el derecho a la vida de los colombianos, que es el principal derecho porque truncada una existencia ya no hay sujeto para reclamar los restantes, mediante el asesinato por innúmeras razones, los asesinatos selectivos, las masacres de campesinos, los falsos positivos… Art. 12. Pág. 5 “Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas o a tratos crueles, inhumanos o degradantes”,  allí se puede decir que el derecho se quedó como letra muerta en nuestra Constitución.

Qué se puede decir de los desplazados por la violencia, quienes tienen que dejar todo atrás y  abandonar sus querencias, sus pertenencias y al llegar a las ciudades les toca cambiar su rol de campesinos, productores de bienes de consumo para convertirse en mendigos,  recluidos en albergues que en muchas oportunidades se convierten en sus hogares, esperando la ayuda oficial que les devuelva la esperanza de comenzar de nuevo lejos de sus entornos.

Por otro lado, el artículo 13 de la Constitución Política de Colombia contempla “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley” pero a menudo, son constantes las vulneraciones de derechos humanos que padece la población LGBTI, ya que, a pesar de los logros obtenidos durante este año en cuanto al derecho a la igualdad, sigue padeciendo la discriminación y, por tanto, se ve menoscabado su derecho a la educación, a la salud y al trabajo.

No obstante, no podemos omitir en este escrito lo que se puede considerar como la máxima conquista democrática de la Constitución Política de 1991, lo cual es  el derecho a reclamar los derechos. Es decir, que a través del derecho de amparo, llamada acción de tutela,  que es la garantía que tiene las personas a la protección judicial inmediata de sus derechos fundamentales (Artículo 86), se establece el mecanismo constitucional de protección y garantía judicial al cual puede recurrir cualquier persona cuando considere que se le está vulnerando algún derecho fundamental.

Dejando atrás un poco el lado oscuro de la vulneración de los Derechos Humanos en Antioquia y a nivel nacional, daremos paso a reconocer el esfuerzo del Estado, de las administraciones locales y del sector privado por garantizar el cumplimiento de  otros, generando bienestar y oportunidades de progreso a la población en general.

En este sentido podríamos retomar el artículo 24 que consagra “Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”, aspecto por el cual el Ministerio de trabajo controla y emite reglamentos claros encaminados a la protección del empleado y a las garantías que debe recibir por sus labores.

Por otro lado, tenemos el Artículo 103 que contempla “Son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato”; por medio del cual los ciudadanos podemos elegir libremente y con la esperanza de tener un mejor país a nuestros gobernantes.

Concluyendo podemos decir que nuestra Constitución recoge los derechos humanos y los eleva a la categoría de mandatos constitucionales, lo cual se ha constituido en la génesis de una toma de conciencia  frente a su existencia, respeto e imperiosa necesidad de acatamiento en aras de una convivencia enmarcada dentro de los parámetros de la fraternidad, igualdad y libertad para  todos las y los colombianos del hoy y del futuro, de manera inclusiva y democrática.




CONCLUSIONES

Después de efectuar un somero recorrido sobre la promulgación de la Declaración de los Derechos Humanos, la influencia que ha tenido este importante documento en la sociedad, la inclusión en nuestra Constitución y un rápido abordaje de las prácticas o sus violaciones en el contexto colombiano se llega a las siguientes conclusiones:

 
1. Los derechos humanos son el resultado de la necesidad que tiene el hombre de vivir de manera comunitaria dentro del marco del respeto mutuo de las libertades y el libre desarrollo individual y social.

2. La generación actual tiene el reto histórico de construir pacientemente, día a día, con constancia y tolerancia la nueva generación de colombianas y colombianos que sean los constructores de una patria justa, tolerante y respetuosa de los derechos de los demás.

3. La vida no sólo es un derecho y un principio fundamental, también es un milagro en el que tenemos la oportunidad de disfrutar de cosas inimaginables, de aprender cada día y luchar por todo aquello que creemos que nos hace felices.

4. La paz no es solo un derecho, sino un deber de todos los individuos, siendo éste un fin que busca el Estado colombiano para garantizar la armonía, la reconciliación, el cese al conflicto armado y la vulneración de otros derechos que subyacen a la guerra.